La poesía de Rosabetty Muñoz puede ser vista como un minucioso y tan delicado como descarnado estudio de la naturaleza humana, una obra “obligada a la vigilia” que no desatiende nada. Sin embargo –o quizás más bien justamente por eso– es una poesía despojada, sin alardes, sin espacio para la verbosidad. Es la suya, ya con una docena de títulos publicados, una voz distinguible de la poesía chilena del último medio siglo.
- Portada
- Título
- Créditos
- El hueso expuesto
- Selección de poemas
- Hay ovejas y ovejas
- A Rimbaud
- (ya no vienes a iluminarme)
- Butachauques
- No se crían hijos para verlos morir
- Deseo
- Barrio de viudas
- Doña Sebastiana I
- Desprendimiento
- Casa de Citas
- Vigilia
- Aires de término
- Balbuceos
- Amatorio
- Lo sucia que me han dejado
- (de espaldas al pueblo)
- (se triza el mundo conocido)
- Apartar los zumbidos
- Espesor del instante
- Yo, piedra
- La flor de la dicha
- Ligia
- Veteranos
- Marea roja
- Colofón
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