De AULO GELIO se ignora el lugar y la fecha exacta de su nacimiento, en su obra —esos capítulos escritos con el único objeto de “preparar a sus hijos recreos literarios para cuando, libres de negocios, quieran proporcionar plácido descanso al espíritu”— se sigue citando, después de casi veinte siglos, por los máximos juristas, en apoyo de sus opiniones.
Por eso, considero conveniente acercar a los estudiosos del Derecho de nuestro idioma todos aquellos pasajes del libro que contienen conceptos jurídicos.
No se trata de exhumar viejos textos, de hacer arqueología jurídica, sino de facilitar la lectura de impresiones y conceptos que, por su frescor, pueden considerarse absolutamente actuales; esta es la mejor demostración de su valor: el tiempo no los ha envejecido.
Si faltan capítulos de dos libros (el libro VIII y el libro XIX), ello se debe a que, en las ediciones completas, el libro VIII aparece sólo en los epígrafes de sus quince capítulos, por ser lo único que nos ha llegado, y de nada serviría que hubiéramos reproducido la rúbrica del Capítulo XII, que dice "cuál es en los escritores antiguos el sentido de plerique omnes", pues no sabemos si AULO GELIO lo desarrolló en un terreno jurídico; en el libro XIX, no he sabido encontrar en ningún pasaje el carácter jurídico.
Pero veamos quién fue este Aulo Gelio del que, después de casi dos milenios, se siguen leyendo sus Noches Áticas, en lengua original y en las varias a que han sido traducidas. Bien poco sabemos de él: que vivió en el siglo II de nuestra era, y algunas breves biografías de enciclopedia lo sitúan entre los años 125 y 175, siendo, pues, de esa época las Noctium Atticorum; que fue ciudadano romano, pero sin que se conozca el lugar de su nacimiento, hasta el extremo de que no falta quien lo da como nacido en África y no en Roma ni siquiera en la Península; pero, dondequiera que viese la luz, era un romano, un ciudadano del Imperio y un ciudadano de familia patricia.
Santiago Sentís Melendo
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- Índice
- Advertencia
- El derecho en las «noches áticas» de aulo gelio
- Prefacio
- Libro primero
- Capítulo III: Del acto dudoso a que apeló Quilón el lacedemonio para salvar a un amigo. – Sobre la delicada cuestión, digna de grave examen: Si hay faltas que podamos permitirnos en interés de un amigo. Opinión de Teofrasto yde ciceron acerca de este asunto
- Capítulo IV: De la sagacidad y sutileza con que interpretaba Antonio Juliano un pasaje de M. Tulio Cicerón en el que un cambio de palabras producía ingenioso equívoco
- Capítulo V: En el que se refiere que Demóstenes se vio objeto de burlas y ultrajantes censuras por el nimio cuidado que mostraba en sus ropas y aspecto exterior; y que Hortensio, por igual cuidado de su adorno y por los gestos de Histrión que hacía en la tribuna, recibió el nombre de la bailarina Dionisia
- Capítulo IX: Del método y orden de la enseñanza pitagórica: Cuánto tiempo debían callar los discípulos y cuándo podían hablar
- Capítulo XII: De las condiciones, edad y nacimiento, ritos y ceremonias con que el pontífice máximo tomaba las vestales. - Qué derechos tiene la vestal en cuanto ha sido tomada.– Cómo, según Labeón, la vestal no puede heredar de nadie ab intestato, como tampoco se puede heredar ab intestato de ella
- Capítulo XIII: Examínase en filosofía qué es necesario hacer para desempeñar la comisión de que se está encargado, y cumplirla siempre literalmente: ¿Es posible separarse del encargo, si al hacerlo se espera servir mejor a aquel de quien se ha recibido? — Diferentes opiniones sobre esta cuestión
- Capítulo XVIII: De cómo M. Varrón, en el libro XIV De las cosas divinas, descubre un error de etimología cometido por su maestro L. Ælio; pero Varrón en este mismo libro atribuye falsa etimología a la palabra fur (ladrón)
- Capítulo XXII: Acerca de si se expresa correctamente en latín el abogado que hablando del apoyo que presta a un cliente, dice superesse se ei: significación propia de superesse
- Capítulo XXIII: Quién fue Papirio Pretextato y por qué se le dio este nombre; curiosa e interesante historia de Papirio
- Libro segundo
- Capítulo II:
De las atenciones que padres e hijos deben observar entre sí,
tanto para colocarse en la mesa como para tomar asiento o en
otros casos semejantes, bien sea dentro de su casa o fuera, cuando
el hijo es magistrado y el padre simple particular. disertación del
filósofo Tauro acerca de este asunto: Ejemplo tomado de la historia
romana
- Capítulo IV:
Por qué razón, según Gabio Baso, llaman adivinación a cierta
clase de juicio: como explican otros esta palabra
- Capítulo VII:
De los deberes de los hijos para con los padres. Opiniones
extractadas de los filósofos que han tratado la cuestión de si se debe
siempre y en toda circunstancia obedecer los mandatos del padre
- Capítulo XII:
Examen de una ley de Solón que, al pronto, parece injusta e impolítica,
pero cuyo objeto es realmente muy útil y prudente
- Capítulo XIII:
Los antiguos decían liberi, en número plural, hasta cuando
hablaban de un solo hijo o hija
- Capítulo XIV: M. Catón, en su libro intitulado Contra Tiberio desterrado escribió stitisses vadimonium y no stetisses. Por qué debió escribir así
- Capítulo XV:
Grandes honores tributados en lo antiguo a la ancianidad. —
Por qué se concedieron más adelante iguales honores a los maridos
y a los padres.— Algo sobre el capítulo séptimo de la ley Julia
- Capítulo XXIV:
De la antigua frugalidad y de las antiguas leyes suntuarias
- Libro tercero
- Capítulo II: De cuál es, según M. Varrón, el día natalicio de los que vienen al
mundo de noche, antes o después de la hora sexta. Duración del
día civil en los diferentes pueblos. – De que, según Q. Mucio, una
mujer que no hubiese observado exactamente la duración del año
civil, no podía ser tomada como esposa por usurpación
- Capítulo XVI:
De las diferentes épocas que asignan los médicos y filósofos para
el parto de las mujeres.— Citas de poetas antiguos y otros detalles
curiosos sobre el mismo asunto.Pasaje de Hipócrates tomado de su
tratado Sobre los alimentos, άντιστρsφον
- Capítulo XVIII:
Qué se entiende por senadores pedarios: Razón de esta
denominación. origen de estos términos de un edicto antiguo
conservado por los cónsules. Los senadores que tienen derecho
de manifestar su opinión en el Senado
- Libro cuarto
- Capítulo II:
Distinción de las palabras morbus y vitius: Del valor de estos
vocablos en un edicto de los ediles: Si existe la redhibición para
los eunucos y mujeres estériles: Diferentes opiniones sobre este
asunto
- Capítulo III: De que los pleitos entre los esposos acerca de la posesión de la dote fueron desconocidos en Roma hasta el divorcio de Carvilio. Qué se entiende por pellex: Origen de esta palabra
- Capítulo IV:
De lo que refiere Servio Sulpicio, en su Tratado de las dotes, acerca
de los convenios vigentes en otro tiempo en Los esponsales
- Capítulo X:
Del orden con que se llamaba a los senadores para votar.– Relato
de lo ocurrido en el Senado entre C. César y M. Catón, porque éste
quería hablar durante el día entero
- Capítulo XII:
Ejemplos dignos de memoria de penas impuestas en otro tiempo
por los censores, según se ve en monumentos antiguos
- Capítulo XIV:
Historia del edil Hostilio Mancino y de la cortesana Mancilia.
Decreto de los tribunos a quienes había apelado Mancilia
- Capítulo XX:
Castigos de los censores contra aquellos que permitían en su
presencia bromas inconvenientes, y de la deliberación que tuvieron
un día acerca del castigo que merecía el hombre que bostezaba
delante de ellos
- Libro quinto
- Capítulo VII:
De la etimología que da Gabio Baso a la palabra persona
- Capítulo X:
De los argumentos que llaman los griegos άντιστρsφοντα
(que pueden retorcerse), palabra susceptible de ser traducida en
latín por la de recíproca
- Capítulo XIII:
De la gradación que establecen las costumbres romanas entre los
deberes
- Capítulo XV:
De las diferentes opiniones de los filósofos acerca de si la voz
es o no es cuerpo
- Capítulo XVII:
De la razón por qué se han puesto entre los días funestos los
siguientes a los de las calendas, nonas e idus.– Por qué consideran
muchas personas como día aciago, en el que se debe suspender todo
negocio, el cuarto antes de cada una de estas épocas
- Capítulo XIX:
Qué es adopción y arrogación: en qué se diferencian. Fórmula de
la petición que se dirige al pueblo para autorizar la arrogación
- Libro sexto
- Capítulo I: De qué manera respondía Crisipo a los que niegan la providencia
- Capítulo II: De qué manera, al admitir Crisipo la acción necesaria del destino, atribuye, sin embargo, al hombre la facultad de elegir y obrar
- Capítulo VII: De Acca Larencia y de Caya Terracia. – Origen del sacerdocio de los hermanos arvales
- Capítulo XII: Equivocación de Servio Sulpicio y de C. Trebacio al tomar el uno testamentum y el otro sacellum por palabras compuestas: Que la primera palabra de estas se deriva de testatio, y la segunda es diminutivo de sacer
- Capítulo XIV: De que los filósofos han distinguido tres maneras de castigar: Por qué no admite Platón más que dos
- Libro séptimo
- Capítulo I:
Admirables relatos del primer Africano, tomados de los Anales
- Capítulo III:
De las críticas de Tirón Tulio, liberto de Cicerón, sobre la oración
que M. Catón pronunció en el Senado en favor de los rodios. -
Respuesta a estas críticas
- Capítulo IV:
Cuál es, según el jurisconsulto Sabino, la clase de esclavos que se
ponen en venta con un gorro en la cabeza: Razón de esta
costumbre.— Cuáles son los esclavos que, según una costumbre
vigente entre nuestros antepasados, se vendían bajo la corona.
Origen de esta frase
- Capítulo X:
De que puede decirse, reuniendo dos palabras en una,
pignoriscapio tan regularmente como se dice con una palabra sola
usucapio
- Capítulo XIII:
Cuál es, según Catón, la significación de las palabras classicus e
infra classem
- Capítulo XV:
De la severidad con que castigaban el robo los romanos antiguos.
De lo que escribió Mucio Escévola sobre el abuso de los depósitos
y de las cosas prestadas
- Capítulo XVIII:
Del religioso respeto de los romanos por la fe del juramento. Historia
de los diez prisioneros que envió Aníbal a Roma después de
recibir su palabra
- Capítulo XIX:
Relato, tomado de los Anales, de un hermoso rasgo del tribuno del
pueblo Tiberio Sempronio Graco, padre de los Gracos: Decretos
de los tribunos copiados literalmente
- Capítulo XXII:
De la costumbre de los censores de condenar a la pérdida del
caballo a los caballeros que se ponían muy gruesos.– De si era o no
degradante para los caballeros esta condenación
- Libro noveno
- Capítulo XV:
Del género de controversia que los griegos llaman άττορον
- Capítulo XVI: De que Plinio Segundo, varón muy sabio, se dejó engañar por un razonamiento vicioso, perteneciente al género de argumentos que llaman los griegos άντιστρsφον
- Libro décimo
- Capítulo III:
Comparación crítica algunos pasajes célebres de las oraciones de
C. Graco, de M. Cicerón y Catón
- Capítulo VI:
De la multa impuesta por los ediles plebeyos a la hija de Apio
Ceco, por algunas palabras insolentes
- Capítulo VIII:
De que la pérdida de sangre era una de las penas infamantes
impuestas a los soldados: Motivo de este castigo
- Capítulo XIV:
De la locución injuria mihi factum itur, empleada por Catón
- Capítulo XV:
De las ceremonias observadas por el sacerdote y sacerdotisa de
Júpiter.– Edicto por el que declara el pretor que no exigirá jamás
juramento a las vestales ni a los sacerdotes de Júpiter
- Capítulo XIX:
De que no deben excusarse las propias faltas alegando el ejemplo
de los que las han cometido semejantes. Palabras de Demóstenes
acerca de este asunto
- Capítulo XX:
Qué es rogación, qué es ley, qué es plebiscito, qué es privilegio
- Capítulo XXIII:
Párrafo de Catón sobre el régimen y las costumbres de las
mujeres de la antigua Roma. Derecho del marido sobre la mujer
sorprendida en adulterio
- Capítulo XXVIII:
De los límites de las tres edades, segun lo que se lee en las
Historias de Tuberon
- Libro undécimo
- Capítulo I:
Del origen de la palabra Italia.— Multa llamada suprema.—
Ley Aternia.— Multa llamada minima
- Capítulo VI:
De que las mujeres no juraban por Hércules en Roma, ni los
hombres por Castor
- Capítulo IX:
Historia de los legados de Mileto, y frase de Demóstenes tomada
de los libros de Cristolao
- Capítulo X:
De que C. Graco atribuye en su oración la antedicha frase al retórico
Demades y no a Demóstenes. — Palabras del mismo Graco
- Capítulo XVII:
De la significación de las palabras flumina retanda en los antiguos
edictos de los pretores
- Capítulo XVIII:
De las penas que Dracón, en las leyes que escribió para el pueblo
ateniense, impuso a los ladrones.— Ley de Solón.— Ley de las
Doce Tablas.— El robo permitido en Egipto, alentado en Esparta
como ejercicio útil.— Fragmento de M. Catón acerca de los ladrones
- Libro duodécimo
- Capítulo I:
Disertación del filósofo Favorino exhortando a una señora noble
para que no entregase sus hijos a nodriza, sino que ella misma
los lactase
- Capítulo III:
Origen de la palabra lictor: Opinión de Valgio Rufo y de Tulio
Cicerón, el liberto
- Capítulo VII:
Dolabela envía ante el Areópago una mujer acusada de
envenenamiento
- Capítulo XII:
Chiste de M. Cicerón para justificarse de una mentira evidente
- Capítulo XIII:
Intra kalendas ¿significa antes de las calendas, el día de las
calendas, o los dos a la vez? ¿Qué significa en Cicerón intra
oceanum, intra montem Taurum e intra modiun?
- Libro décimotercero
- Capítulo X:
Etimología de soror, según Labeón Antiscio, y de frater, según
C. Nigidio
- Capítulo XII:
De que los tribunos del pueblo tienen el derecho de aprehender
y no el de citar
- Capítulo XIII:
Opinión de M. Varrón acerca de si un particular puede citar ante
el tribunal del pretor a los ediles y cuestores
- Capítulo XIV:
Qué es el pomerium
- Capítulo XV:
Pasajes del libro del augur Mésala, en los que enseña quiénes son
los magistrados inferiores; que el cónsul y el pretor son colegas: Algo
sobre los auspicios.— De la diferencia entre arengar al pueblo y
tratar con el pueblo.— Del derecho de los magistrados para
prohibir unos a otros la convocatoria de los comicios
- Capítulo XIX:
De la genealogía y nombres de la familia Porcia
- Capítulo XXVII:
De la opinión del filósofo Panecio expuesta en el libro segundo
De Offociis, exhortando a los hombres para que estén dispuestos
siempre a rechazar la injusticia
- Libro decimocuarto
- Capítulo II: Disertación de Favorino, por consulta mía, sobre los deberes del juez
- Capítulo IV: De la exacta pintura que hace Crisipo de la Justicia
- Capítulo VII:
De la memoria que su autor llamó isagógica, entregada por
M. Varrón a Pompeyo cuando fue designado cónsul por primera
vez, y que trataba de la manera de presidir el senado
- Capítulo VIII:
En el que se investiga si tiene derecho para convocar el Senado el
prefecto de la ciudad encargado de las fiestas latinas. Opiniones
contrarias al asunto
- Libro decimoquinto
- Capítulo VIII:
Párrafo del discurso que el orador Favorino pronunció en favor
de la ley Licinia, relativa al lujo
- Capítulo X:
De la voluntaria y asombrosa muerte de las hijas de Mileto
- Capítulo XI:
Texto del senatusconsulto que expulsaba a los filósofos del recinto
de Roma. - Texto de un edicto de los censores contra las escuelas de
retórica que comenzaban a establecerse en Roma
- Capítulo XII:
Párrafos de una oración de C. Graco acerca de su integridad y
pureza de costumbres
- Capítulo XXVI:
De cómo definió el filósofo Aristóteles el silogismo: Traducción
de esta definición
- Capítulo XXVII:
De lo que debe entenderse por comida calata, curiata, centuriata,
tributa; por concilium; y otras palabras semejantes
- Capítulo XXVIII:
Del error de Cornelio Nepote acerca de la edad de Cicerón cuando
abogó por Sexto Roscio
- Libro decimosexto
- Capítulo II:
De la regla que debe observarse en las discusiones. Parte endeble
de esta regla
- Capítulo IV:
De las ceremonias y palabras con que el fecial del pueblo romano
declaraba la guerra, después que el pueblo la había decretado.
Fórmula del juramento sobre el reparto de los robos militares.
Juramento por el que se obligaban los alistados a presentarse en
día fijo en el punto designado. — Excusas legítimas
- Capítulo V:
Del sentido y etimología de la palabra vestibulum
- Capítulo VII:
Del atrevimiento de Laberio para forjar palabras empleando
muchas de cuya pureza se duda
- Capítulo X:
Quiénes son los proletarii, los capitecensi, los assidui. Etimología
de estas palabras
- Capítulo XIII:
Qué es municipio, colonia, municipes. Origen de esta última palabra.
Palabras del emperador Adriano en el Senado acerca del derecho
de los municipes
- Libro decimoséptimo
- Capítulo II:
De algunas locuciones de Q. Claudio, notadas pe paso
- Capítulo VI:
De que es inexacto lo que escribió Verrio, en su libro De las
oscuridades de Catón, acerca de las palabras servus recepticius
- Capítulo VII:
De que P. Nigidio y Q. Escévola creyeron tenía efecto retroactivo esta
disposición de la ley Atinia: Quod. Subreptum. Erit. Ejus. Rei. Æterna.
Auctoritas. Esto
- Capítulo XVIII:
M. Varrón refiere que Annio Milón sorprendió en adulterio al
historiador Salustio, quien no pudo escapar hasta después de
azotado y haber dado dinero
- Capítulo XXI:
En qué tiempos vivieron, desde la fundación de Roma hasta la
segunda guerra púnica, los varones ilustres griegos y romanos
- Libro decimoctavo
- Capítulo IV:
Sulpicio Apolinar se burla de un vanidoso que pretendía ser el
único que comprendía las Historias de Salustio, y le preguntó qué
significaban en este autor las palabras incertum, stolidior,
an vanior
- Capítulo VI:
De que Elio Meliso, en su obra intitulada De la propiedad del
lenguaje, obra que llamó al publicarla El Cuerno de la abundancia,
estableció una diferencia extraña y falsa entre matrona y
materfamilias
- Capítulo VII:
De qué manera trató Favorino a un inoportuno que le preguntó
acerca de los diferentes sentidos de una palabra. Sentidos diversos
de la palabra contio
- Libro vigésimo
- Capítulo I:
Discusión entre Sexto Cecilio y el filósofo Favorino sobre la ley
de las Doce Tablas
- Capítulo X:
De lo que significan estas palabras: Ex jure manum consertum