Vivo y trabajo excavando la realidad, empuñando mi alma en uno de los países más conflictivos y peligrosos del mundo, con una población violentamente ingenua, abnegada, pobre y altanera que resiste el exterminio masivo, la corrupción, la desaparición forzada, el desplazamiento, generados por el sancocho hirviendo del estado, la delincuencia común, el narcotráfico, la insurgencia, las multinacionales y la iglesia pederasta con su fe, esperanza y caridad, que asienten todo este mierdero; en donde uno de los problemas esenciales es la ausencia de lugar para soñar, realizar un proyecto de vida y morir con dignidad en medio de una historia social y política que no es proporcional a la historia del arte. ¡Colombia es el mundo!'.